lunes, 2 de junio de 2014

EXPLICANDO A NIÑOS DE PRIMARIA QUÉ ES LA JUSTICIA Y QUÉ SIGNIFICA SER ABOGADA

Hoy ha sido un día muy especial. He ido al colegio de mi hija de seis años a explicar en su clase y en las otras dos clases de primero de educación primaria del colegio, que significa ser abogada.

Mientras preparaba el domingo lo que quería comunicar, me planteaba el reto de que niños y niñas de seis y siete años, entendiesen conceptos tan abstractos como, ¿qué es la justicia?, ¿para que sirven las leyes?, ¿qué son los derechos? y la importancia de que todas las personas nos respetemos.

Hoy cuando he entrado en las clases y todos me miraban, atentamente, para escuchar lo que iba a contarles, he sentido una gran responsabilidad.

He comenzado mi exposición intentando utilizar términos adecuados a su edad y qué ellos pudiesen entender. Les he dicho que las leyes son necesarias para que todos nos relacionemos mejor, que a las personas nos gusta vivir, en compañía, en familia, en grupos, en pueblos o en ciudades. Y les he puesto un ejemplo, las leyes son como las normas que vosotros tenéis en clase, ayudan a tener una mejor convivencia.

Por ejemplo, vosotros en clase tenéis normas y costumbres para estar a gusto y aprender más y mejor:

Escuchar a los profesores cuando explican
Escuchar a los compañeros y respetarlos
Ser cuidadosos y ordenados con vuestro material y el de los demás
Pedir permiso para ir al baño.
Traer los deberes que manda la profesora hechos

También les he contado, que la ley más importante que tenemos en España se llama constitución y ahí están los derechos que tenemos todos los españoles y la forma como nos organizamos en nuestro país. Además de derechos las personas también tenemos obligaciones, es decir, que nos tenemos que portar bien con los demás y respetar sus derechos.

Justo en ese momento la profesora de los niños, ha comentado “acaba de abdicar el rey”. La sorpresa ha sido mayúscula y lo primero que se me ha ocurrido es que ese supuesto no lo contempla nuestra constitución y que hemos sido poco previsores en ese sentido. A pesar de la sorpresa inicial he continuado con mi explicación.

Los niños y niñas continuaban muy interesados con todo lo que les contaba y haciéndome preguntas sobre lo que no entendían.

Les he informado que hay una norma muy importante para los niños y niñas, que se llama Declaración Universal de los derechos del niño y que tiene escritos los derechos que tienen los niños y niñas en todo el mundo, no sólo en España, porqué hay leyes muy importantes, que sirven para todas las personas, no sólo para los que vivimos en España.

Les he llevado a clase una Declaración Universal de los derechos de los niños, adaptada a su edad y les he contado, que ellos además de derechos, también tienen obligaciones y que las personas mayores tenemos que ayudar y procurar que se respeten, en todo el mundo, los derechos de los niños, porque hay lugares del mundo en los que los derechos no se respetan.

Mi explicación ha continuado mientras mi hija me miraba con gran admiración. El trabajo de los abogados es estudiar las normas y las costumbres, que tenemos las personas en nuestra sociedad. Las estudiamos para comprender qué es que lo que cada persona necesita y así poder ayudar.

Cuando las personas tienen un problema y no pueden o no saben resolverlo por ellos mismos, vienen a los abogados a pedirnos ayuda. Así que nuestro trabajo es muy importante porque ayudamos a las personas.

Para poder ayudar, estudiamos el problema que nos cuenta el cliente que viene a pedirnos ayuda e intentamos que se ponga de acuerdo con la otra persona con quién tiene el problema. Lo hacemos hablando con el abogado de la otra persona y teniendo reuniones, son reuniones parecidas a las asambleas que vosotros teníais en infantil, todos han sonreído y recordado esas asambleas.

En esas reuniones nos juntamos a pensar soluciones, para qué nuestros clientes se pongan de acuerdo y solucionen su problema. A veces, conseguimos que las personas lleguen a un acuerdo y entonces firmamos un papel que se llama contrato, dónde escribimos la solución al problema.

Si las personas llegan a un acuerdo nos ponemos muy contentos, porque hemos ayudado a solucionar un problema y las personas que lo han solucionado también se ponen contentas.

Les he contado un ejemplo adaptado a su edad para que lo entendiesen:

“Imaginaos que alguien en clase, le coge la goma a un compañero. El compañero al que le cogen la goma se enfada. Y dice: mi compañero me ha quitado la goma y no me la quiere devolver. Sin embargo el compañero que ha cogido la goma está también muy triste. Dice: lo que ha ocurrido, en realidad, es que he pedido la goma prestada, pero mi compañero no me ha debido escuchar. Dice: No se la quería quitar y pensaba devolvérsela, cuando acabase la clase”.

Esto es un problema que vosotros podéis tener en clase.

Este problema lo podríamos solucionar con un contrato que firmen los dos compañeros, en el que ponga el nombre de los dos y escribir lo siguiente, “Cuando necesite una goma, le pediré permiso a su dueño, me aseguraré antes de cogerla de que mi compañero se ha enterado de que se la he pedido y no la cogeré hasta que él no me de permiso. Cuando acabe la clase se la devolveré. Si no se la devuelvo o la pierdo le tendré que comprar una nueva. Esto lo firmarán los dos compañeros” Esto es parecido a los contratos que a veces también firman los mayores cuando tienen un problema. Si se cumple el contrato ese problema se ha solucionado.

Pero a veces los problemas que tienen los mayores son más complicados, que el problema de la goma, que acabo de contar y los abogados no siempre conseguimos, que las personas que tienen un problema, lo solucionen entre ellos poniéndose de acuerdo y firmando un contrato.

Entonces, tenemos que ir a solucionarlo a un edificio que se llama juzgado, para que se haga Justicia. Hacer justicia es dar a cada persona lo que le pertenece, para ello le pedimos ayuda a una persona que se llama Juez.

Los abogados explicamos al juez el problema que tienen los clientes que han venido a pedirnos ayuda, la forma en la que explicamos el problema al juez se llama juicio.

Y en ese momento, les he dicho vamos a celebrar aquí un juicio, para que lo entendáis mejor y hemos comenzado a mover las mesas, para improvisar una sala de vistas. Al tiempo que movíamos las mesas les contaba, hay una mesa en la que se sienta el juez con su secretario al lado. El secretario apunta todas las cosas que ocurren en esa sala. Los dos llevan una toga puesta, desde hace un tiempo el secretario ya no tiene que escribir tanto, porque los juicios los graban en un video.

Los abogados entramos en la sala de vistas con la toga puesta y con los clientes que tienen el problema y que no se han puesto de acuerdo. Como os acabo de contar le explicamos al juez cual es el problema, para que lo estudie y decida cuál es la solución. Nos sentamos, un abogado a la derecha del juez y otro a la izquierda. A la derecha se sienta el abogado del cliente que pide algo, que es el abogado del demandante o del denunciante y a la izquierda el abogado del demandado o denunciado, que es quien se defiende de lo que el otro pide y no se lo quiere dar o bien ha causado algún daño a la otra persona. Nuestros clientes el que pide y el que no quiere darle lo que el otro le pide se sientan en un banco enfrente del juez.

He pedido voluntarios para representar el juicio y todos querían participar, ha habido un poco de revuelo, pero finalmente nuestra sala de vistas ha quedado perfecta. Me he puesto la toga para que la vieran y a ellos les he puesto unas pequeñas togas de plástico negro que había preparado una compañera de mi despacho. Muy serios y muy metidos cada uno en su papel han representado el juicio, han declarado el demandante y el demandado, han preguntado los abogados, han participado dos testigos y el secretario ha apuntado en una hoja lo que allí ocurría. Mi hija ha sido abogada defensora y sus ojos brillaban de emoción y no os podéis imaginar los míos. Al final el juez ha dictado una sentencia que toda la clase ha aplaudido y ha considerado justa.

Mientras celebrábamos el juicio yo les iba explicando: El trabajo de los abogados consiste en explicar, muy bien, en el juicio, al juez, cual es el problema que tiene nuestro cliente, para explicárselo le llevamos papeles, que nos ayudan a qué el juez entienda el problema, estos papeles se llaman pruebas. También le preguntamos a la persona que tiene el problema, para que se lo cuente al juez y le pedimos a otras personas que estaban cuando ocurrió el problema, que son los testigos, que vayan al juicio a explicar al juez lo que ha pasado, para que todo quede bien claro. Además le contamos al juez, las leyes que pensamos que tiene que leer para encontrar una solución al problema del que estamos hablando en el juicio. Siempre que vamos a hablar decimos “con la venia señoría” y los niños muy serios, así lo han hecho.

Para hacer bien el trabajo de abogado son muy importantes las pruebas y tenemos que trabajar mucho para preparar todos los papeles, estudiar las leyes y hablar con los testigos y con nuestro cliente para poder entender muy bien su problema y así explicárselo muy bien al juez, para que lo entienda y busque la mejor solución.

Lo que pasa en los juicios, continuaba explicándoles es que aunque el problema que ha ocurrido entre dos personas es una sola cosa, cada persona lo ve de forma diferente y por eso, las personas no se entienden y no se ponen de acuerdo y necesitan la ayuda de los abogados y del juez para que les ayuden a resolverlo.

El juez tiene que estar muy atento para descubrir lo que ha pasado de verdad, los abogados tenemos que ayudar para que se solucione el problema de la mejor manera.

La profesión de abogado está en el sector servicios y es muy bonita y muy importante, porque intentamos ayudar a las personas a solucionar sus problemas y defender sus derechos. Los médicos y enfermeras cuidan de la salud de las personas y los abogados cuidamos a las personas para que resuelvan mejor sus problemas y defendemos sus derechos, cuando otra persona no les respeta.

Cuando contaba todas estas cosas a los niños y niñas, me he dado cuenta que ser abogada es más que una profesión es una forma de entender la vida. Los que sentimos nuestra profesión, como servicio a los demás, sabemos lo importante que es que se respeten los derechos de todas las personas y que cualquier persona tenga acceso a una justicia efectiva y de calidad.

Hoy más que nunca es importante que nuestros niños y niñas entiendan que sin justicia no hay derechos y sin derechos nos quitan la dignidad. Todos debemos estar atentos para detectar las injusticias y denunciarlas y todos debemos luchar por nuestros derechos, cada día, sin pensar que ya los hemos conseguido porque vivimos en democracia y que nadie nos los va a arrebatar, porque eso no es cierto. Los derechos hay que defenderlos cada día, nunca debemos de dejar de luchar por ellos.

Les he pedido a los niños y niñas que me regalasen un dibujo de lo que habíamos hecho en clase y ha sido emocionante leer sus agradecimientos y ver lo bien que han dibujado la representación del juicio. Pero la mayor sorpresa y alegría me esperaba cuando mi hija ha llegado a casa, estaba muy contenta, me ha dicho muchas veces cuánto me quería, lo guapa que estaba cuándo he ido a su clase y cuánto le gustaba vivir con una abogada. Ha sido muy emocionante.

Por casualidades de la vida siempre recordaré el día que abdicó el Rey Juan Carlos, cómo el día que expliqué a mi hija y a sus compañeros y compañeras de clase, lo que significa la justicia y ser abogada.

domingo, 18 de mayo de 2014

Las reformas en Justicia y de cómo en realidad son recortes en Justicia. Sin Justicia no hay derechos.

Este es tiempo de reformas y de recortes, los está habiendo en Educación, en Sanidad y en casi todos los sectores.

Los recortes en Educación y en Sanidad han tenido un gran calado en nuestra sociedad y se ha respondido con diferentes mareas que reivindican, con toda razón, que Educación y Sanidad debieran ser intocables y que se está desmantelando nuestro estado de bienestar social, que con tanto esfuerzo habíamos conseguido juntos. (Educación y Sanidad los escribo con mayúsculas, porque así lo merecen)

Soy abogada y además estoy adscrita al turno de oficio, la gran mayoría de los abogados que estamos en este servicio al ciudadano, el del turno de oficio, lo hacemos de forma vocacional, pero tengo la impresión, que lo que desconoce la mayor parte de la ciudadanía es que los abogados de oficio cobramos poco y mal y en la mayor parte de las ocasiones con mucho retraso por parte de la administración, que es quien tiene el deber constitucional de prestar este servicio a todos los ciudadanos que carecen de recursos económicos para litigar. La administración elude todo lo que puede la prestación del servicio de asistencia jurídica gratuita al ciudadano, que es su deber, haciendo recaer el gran peso de esta prestación sobre los colegios de abogados y sobre todo en los abogados de oficio, que lo desarrollamos por un precio por debajo de su coste real, es decir, no cobramos por nuestro trabajo lo que nos corresponde. Y a pesar de ello aquí llevamos desde hace mucho tiempo asistiendo a los ciudadanos que nos necesitan ante los juzgados, las 24 horas del día los 365 días del año. Y ello, porque insisto es una trabajo vocacional. Si no fuese porque nos mueve el servicio a las personas, dudo que soportásemos el trato indigno que estamos recibiendo por parte de la administración.

Tengo la sensación, no sé si equivocada, que los recortes en Justicia, que cada día son mayores y más flagrantes no son percibidos de forma tan directa por la sociedad, como los recortes en Sanidad y en Educación (También Justicia merece ser escrito como Sanidad y Educación en mayúsculas)

El otro día comentaba con un compañero, también abogado de oficio, que quizás el motivo por el que los recortes en Justicia no llegan de forma tan directa a la ciudadanía es porque se suele pensar de forma errónea, que nunca tendremos que vernos en un juzgado. Y sin embargo, todo el mundo tiene algún familiar, hijo, nieto, sobrino que va al colegio, lo cual hace más visible los recortes en Educación. También todas las personas hacemos uso con frecuencia de los servicios sanitarios lo que también hace más visibles los recortes en Sanidad.

Sin embargo, está extendida la idea, como acabo de comentar, de que no es muy habitual que tengamos la necesidad de acudir a un juzgado o tengamos que defender nuestros derechos asistidos por un abogado. Esta percepción es irreal, y para explicarlo, aquí van algunos ejemplos; cualquiera de nosotros podemos tener una cláusula suelo en nuestra hipoteca o haber adquirido sin saberlo unas preferentes o tener que pasar por un divorcio o ser despedido de forma improcedente o tener que reclamar salarios o ser desahuciado de nuestra vivienda o tener que reclamar la renta del arrendamiento que no nos abona un inquilino o un accidente de tráfico por el que tenemos que reclamar una indemnización al conductor de otro vehículo o a su compañía aseguradora o una deficiente reparación en nuestro domicilio o en las obras de nuestra comunidad por las que también nos vemos en la necesidad de reclamar o un impagado en nuestro negocio o tramitar y liquidar una herencia… En fin, que podría seguir con múltiples supuestos en los que cualquier persona tiene la necesidad de acudir a un abogado y acercarse a un juzgado para reclamar sus derechos.

Lo que tampoco es tan visible para la mayor parte de la ciudadanía o al menos así lo percibo es que se está produciendo toda una batería de legislación encaminada a recortar derechos fundamentales y a recortar en Justicia y que estos recortes impiden a los ciudadanos el acceso a la misma, lo cual vulnera un derecho fundamental de nuestra constitución, el acceso a la tutela judicial efectiva. El motivo de la presente entrada en mi blog, por lo tanto, es divulgar a quién tenga interés en saberlo lo que nos afectan a todos los recortes en Justicia.

No puedo dejar de mencionar, entre los recortes a los que me estoy refiriendo, en primer lugar la Ley de tasas judiciales que impone al ciudadano una tasa para reclamar sus derechos ante el Juzgado, de una cuantía elevadísima, extremo que no sucede en ningún otro país de nuestro entorno. Pongo un ejemplo concreto; 800 euros de tasa fija por un recurso de apelación, más una cuantía adicional en función de la cantidad que se está reclamando en el juicio en cuestión, además de los gastos de abogado, procurador y pruebas pertinentes en su caso. Esta tasa encarece injustamente el acceso a los tribunales, así muchas personas ven frustrada la posibilidad de demandar por su cláusula suelo o por sus preferentes o se ven imposibilitados por falta de recursos a interponer cualquiera de las reclamaciones a las que me acabo de referir, deberíamos preguntarnos quién está interesado en que no podamos reclamar nuestros derechos y acceder a la Justicia.

Tampoco puedo dejar de comentar la pretendida reforma de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, con esta reforma serán menos personas y en peores condiciones las que puedan acceder a un abogado de oficio y a que este servicio les sea prestado de forma gratuita, si carecen de recursos económicos para litigar, lo cual supone otro recorte más de derechos y un deber incumplido por parte de la administración, que vulnera el mandato constitucional.

También con otra reforma en la misma línea que las anteriores se pretende desmantelar toda la organización de nuestra planta judicial haciendo desaparecer los juzgados de pueblos y ciudades concentrándolos exclusivamente en las capitales de provincia, lo que supondrá un impedimento más para acceder a la justicia, puesto que al desaparecer muchos juzgados de ciudades y pueblos, la justicia se aleja del ciudadano.

En definitiva, se está desmantelando nuestro estado social y lo que es más grave se está desmantelando nuestro estado social y democrático de derecho. Con los recortes en Justicia y el desmantelamiento de nuestro estado de derecho nos quitan todo, nos quitan los derechos, nos quitan la libertad, pretenden acallarnos la voz y así, pretenden quitarnos la dignidad como personas.

Toda la ciudadanía tenemos que reaccionar contra los recortes en Justicia, que de forma un tanto velada para muchos, pero ininterrumpida, se están acometiendo desde hace un tiempo. No lo permitamos. No a los recortes en Sanidad. No a los recortes en Educación. No a los recortes en Justicia.

La mayoría de los abogados no pertenecemos a una élite que gana mucho dinero, nos vemos afectados por la crisis como cualquier ciudadano, como cualquier trabajador, desempleado, pensionista...

La mayoría de nosotros somos abogados de trinchera que defendemos los derechos de los que más lo necesitan. Tengan bien claro que a quien no afectan los recortes en Justicia, como siempre, es a los poderosos, pero a vds., a mí, a todos nosotros sí que nos afectan.

No nos quedemos impasibles ante tanto abuso, que fundamentalmente proviene del poder económico, que interviene y manipula a su antojo al resto de poderes, legislativo, judicial y ejecutivo.

Actuemos juntos y luchemos por nuestros derechos, por nuestras libertades, para que se preste al ciudadano una justicia de calidad. En este momento, esto es inviable, porque con tanto recorte, la Justicia resulta totalmente ineficaz, la falta de medios y de personal, por la dejación de los poderes públicos que no le dedican los presupuestos económicos que requiere hacen que la justicia sea lenta y todos salgamos perjudicados, porque no es efectiva.

Una Justicia que carece de medios y se dilata en el tiempo no es eficaz y no es Justicia. Por poner otro ejemplo en muchos juzgados de lo social están tardando más de un año en señalar juicios por despido o por reclamaciones de salarios, lo mismo ocurre en muchos juzgados de familia dónde tardan más tiempo del recomendable en fijar unas medidas de divorcio (régimen de visitas, guardia y custodia, pensiones…) con el alto coste económico y emocional que esto supone para la familia que está atravesando la complicada situación de la ruptura matrimonial.

De una abogada de oficio, porque la justicia es de todos y todos tenemos que defenderla, no sólo los que directamente trabajamos por y para ella y en definitiva para vds. Sin Justicia no hay derechos. Sin derechos no hay libertad.

miércoles, 23 de abril de 2014

Hoy 23 de Abril, día de San Jorge, día internacional del libro inicio este blog.


Soy una abogada, mediadora y madre que cree que invertir en educación y fomentar la cultura de la paz es la manera de promover el cambio que necesitamos.

Supongo que por ese motivo he decidido inciar mi blog el día internacional del libro.

En realidad, más que querer dejar un mundo mejor a nuestros hijos, quisiera dejar mejores hijos a nuestro mundo, y en esa tarea me encuentro, ya que tengo tres, un chico y dos chicas.

A través de este blog pretendo compartir experiencias profesionales y personales y reflexionar de forma constructiva sobre aquellas situaciones que considero susceptibles de mejorar y que deben ser denunciadas por justicia social y para dar voz a los que no son escuchados.

Vivimos tiempos convulsos, tiempos inciertos, en palabras de Zygmunt Bauman en una sociedad líquida en estado de permanente cambio, lo viejo no nos sirve y desconocemos lo que nos depara el futuro. Pero también vivimos un tiempo apasionante en el que el imparable cambio en el que nos encontramos inmersos, lo percibo como una oportunidad para crecer, para compartir, para cambiar lo que no nos gusta.

Quizás, si cada uno de nosotros, en el trabajo, con la familia, con los amigos y con cualquier persona que nos relacionamos somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos seremos referente para nuestos hijos y así ellos podrán construir ese mundo mejor que todos anhelamos.

Desde Zaragoza, espero que hayáis disfrutado de un feliz día de San Jorge.